as efemérides del 31 de enero reúnen distintos eventos que tienen en común haber pasado un día como hoy, cuando se cumple el 115° aniversario del nacimiento del artista argentino Atahualpa Yupanqui.
Héctor Roberto Chavero, más conocido por su nombre artístico Atahualpa Yupanqui, nació un día como este de 1908 en Campo Cruz, dentro del partido de Pergamino. Como recuerda el Ministerio de Cultura nacional, su padre era santiagueño y su madre, de origen vasco. Su nombre de pila, que adoptó como seudónimo de joven, remite al del último soberano Inca y en quechua quiere decir “el que viene de lejos”, mientras que Yupanqui fue un agregado propio que en dicha lengua significa “contar”, “decir”. Por eso, la traducción más apropiada sería “el que viene de lejos a contar o decir”.De chico desarrolló oído para la música, y su primer acercamiento fue a través de un cura que le enseñó a tocar el violín. Más tarde, aprendió a tocar la guitarra, instrumento con el que llegó a ser uno de los máximos exponentes del folclore nacional.
En la década del 30 comenzó a publicar sus primeras grabaciones, muchas veces con canciones de su autoría. En paralelo, desarrolló una veta como escritor y publicó el libro Piedra Sola, de 1941, y la novela Cerro Bayo, de 1947. Conoció la bohemia en París y, en ese ambiente, se encontró con la cantante Edith Piaf, por entonces una de las mayores estrellas del espectáculo mundial, quien lo invitó a tocar en varios de sus conciertos y lo acercó al público internacional. Los años posteriores lo vieron consolidarse en la escena global, y así llevó su inconfundible estilo a costas tan lejanas como Japón.
Vivió en la Argentina los años finales de su vida, pero murió acompañando a una delegación de artistas argentinos en 1992 en la localidad francesa de Nimes. Poco después, fue enterrado en su propiedad de Cerro Colorado, en Córdoba.