Según los datos del Imperial College of London, cómo es la situación de los niños en la Argentina y el mundo.
Primera, segunda, tercera, cuarta. Las olas de contagios de COVID-19 aún no cesan, gracias a la aparición de nuevas variantes o subvariantes. Y, pese a la cobertura de las vacunas, todavía se registran muertes como consecuencia de la infección. Hasta el momento, según un relevamiento continuo que realiza el Imperial College of London (Reino Unido), la pandemia provocó que casi 7,5 millones de chicos perdiera a uno o ambos padres o tutores por la infección. En la Argentina, esa cifra habría superado los 33 mil. Los detalles detrás de los datos.
La última actualización publicada en la revista Lancet Child and Adolescent Health realizada por los expertos británicos se realizó en marzo pasado. Sin embargo, los científicos nutren estas estadísticas de forma casi diaria. Según explicaron ellos mismos, "en los primeros 20 meses de la pandemia, más de 5 millones de niños han perdido a un padre u otro cuidador que vive en el hogar, como abuela o abuelo. Para el segundo aniversario de la pandemia, en marzo de 2022, la calculadora de orfandad de Covid-19 muestra que este número ha aumentado a más de 7 millones de niños". En la Argentina, según esta "calculadora", la cifra alcanza a los 33.600 niños, niñas y adolescentes.
"En nuestro estudio pudimos identificar los grupos de niños más afectados por la muerte de los cuidadores", señalaron los autores de la investigación Seth Flaxman, profesor asociado en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Oxford, y Susan Hillis, coordinadora del Grupo de Referencia Global sobre Niños Afectados por el Covid-19, en diálogo con la revista STAT.
En ese sentido, los expertos aseguraron que "la variante Delta aceleró las muertes por COVID-19 en 2021″. "En solo seis meses, el total mundial de niños afectados se duplicó de 2,7 millones en mayo de 2021 a 5,2 millones a finales de octubre de 2021. Y El número de víctimas ha seguido aumentando", resaltaron. Es por ese motivo que instaron a la población a cambiar la forma de enfrentar esta situación: "No podemos simplemente pasar la página de la pandemia y decir "Qué triste" y seguir adelante. En cambio, deberíamos preguntarnos ‘¿Cómo puedo ayudar?’".
"Por diversas razones demográficas y epidemiológicas, las tres cuartas partes de los niños en todo el mundo que sufrieron la muerte de uno de sus cuidadores durante la pandemia perdieron a sus padres, quienes, en muchas culturas, son los principales sostén de la familia", argumentaron los investigadores e indicaron que "los niños huérfanos paternos que no reciben la ayuda que necesitan corren un mayor riesgo de explotación, abuso, embarazo adolescente, pobreza y vulnerabilidad".
En tanto, la doctora Juliette Unwin, autora principal de la publicación difundida a principios de este año y miembro de la Escuela de Salud Pública del Imperial College of London (Reino Unido), afirmó: "Lamentablemente, por más altas que sean nuestras estimaciones de orfandad y muertes de cuidadores, es probable que estén subestimadas, y esperamos que estas cifras crezcan a medida que más datos globales sobre las muertes por COVID-19 estén disponibles".
"Por ejemplo, la OMS estima que los datos precisos sobre las muertes por COVID-19 en África son limitados, y es probable que las estimaciones reales sean 10 veces más altas de lo que se informa actualmente. En consecuencia, estas muertes no reportadas significan que la orfandad relacionada con COVID-19 y la pérdida de cuidadores también se subestiman drásticamente. Los datos actualizados en tiempo real sugieren que los totales reales alcanzaron los 6,7 millones de niños en enero de 2022″, afirmó la científica en el comunicado que acompañó el último análisis de datos.
Para finalizar, Hillis, que además fue parte del estudio durante su mandato en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU, resaltó: "Calculamos que por cada persona que se informó que murió como resultado de la pandemia de COVID-19, queda huérfano o pierde a un cuidador. Eso es el equivalente a un niño cada seis segundos que enfrenta un mayor riesgo de adversidad de por vida, a menos que se le brinde el apoyo adecuado a tiempo. Por lo tanto, el apoyo a los niños huérfanos debe integrarse de inmediato en todos los planes de respuesta ante el COVID-19″.