Así como el aciago 26 de junio de 2011 había sufrido el doloroso golpe del descenso, también en junio, pero 363 días después, River volvió a Primera con dos goles de David Trezeguet a Almirante Brown en el Estadio Monumental.
"Despertamos de la pesadilla", sentenció Daniel Passarella en el atardecer del 23 de junio de 2012, ufano de haber sido parte de la solución, cuando en realidad había sido pieza clave del problema, primero como director técnico y después como presidente.
El comienzo del tobogán de River se había localizado en 2005, después de un 2004 de aparente calma institucional y una aceptable cosecha deportiva: campeón del Torneo Apertura con Leonardo Astrada como conductor del plantel y semifinalista de la Copa Libertadores.
El descalabro de la gestión de José María Aguilar se correspondió con tiempos turbulentos en el campo de juego, que por ejemplo en 2008 ofreció la ironía que el mismo ciclo de Diego Simeone reuniera la conquista del Torneo Clausura 2008 y de inmediato el último puesto.
Hacia finales de 2009 Passarella asumió la presidencia del club, pero lejos de liderar una cruzada de transparencia, eficiencia y ventura, se convirtió en una caricaturesca versión de capitán del Titanic.
En materia de política futbolística, marcaron el ritmo equipos desvaídos y magros resultados bajo el mando de entrenadores variopintos. Desde el 2005 hasta el día mismo del descenso, un total de ocho: Reinaldo Merlo, el propio Passarella, el Cholo Simeone, Néstor Gorosito, Leo Astrada, Ángel Cappa y Juan José López.
En el "Operativo Retorno" de la vuelta a primera, el liderazgo del plantel lo ejerció Matías Almeyda, el Pelado, cuyo último partido con pantalones cortos había resultado el de la derrota en Córdoba en la ida de la desdichada Promoción que redundó en el descenso con Belgrano.
Passarella le ofreció la dirección técnica, asumió el 27 de junio de 2011 y el 16 de agosto, en el Monumental hizo su bautismo como coach la tarde en la que de forma insospechada River debutó en la B Nacional.
Un cabezazo del uruguayo Juan Manuel Díaz representó la conquista de los tres primeros puntos y los dos goles del franco argentino Trezeguet selló el perentorio ascenso diez meses después, pero no sin antes penar una irregularidad que no sólo inhibió una situación confortable sino que también puso en riesgo su vuelta al fútbol mayor.
De hecho, entre la formación que afrontó el debut en la B Nacional y el que una tarde de hace nueve años coronó y celebró ante la multitud que pobló el Monumental, hubo relativos puntos de contactos y unos cuantos nombres propios diferentes.
En el debut, River formó con Leonardo Chichizola en el arco; Luciano Abecasis, Agustín Alayes, Jonathan Maidana y Juan Manuel Díaz en la defensa; Carlos Sánchez, Nicolás Domingo, Martín Aguirre y Lucas Ocampos en el medio y Alejandro Domínguez y Fernando Cavenaghi en el ataque, mientras que en el segundo tiempo entraron Daniel Villalva, Facundo Affranchino y Alexis Ferrero.
Los otros ocho fueron el arquero Daniel Vega; los defensores Luciano Vella, Leandro González Pirez y Ramiro Funes Mori; los volantes Ezequiel Cirigliano, Leonardo Ponzio y César González; y el decisivo Trezeguet, que se había incorporado el 20 de diciembre de 2011 después de desvincularse de Baniyas de Dubai. En la segunda parte ingresaron Aguirre, Ocampos (hoy figura del Sevilla de España) y Rogelio Funes Mori.
La campaña del River campeón de la B Nacional comprendió 20 victorias, 13 empates y 5 derrotas (Aldosivi y Atlético Tucumán en el Monumental, Boca Unidos en Corrientes, Atlanta en el José Amalfitani y Patronato en Paraná), con 66 goles a favor y 28 en contra.