En diálogo con "Mañanas de Radio" por Fm Paiubre 87.9 Mhz la profesora Magdalena Montenegro relató como es su experiencia con el Covid-19 positivo.
Comenzó con los sintomas proios de una gripe e inmediatamente se aisló y dio aviso al call center para hisoparse, luego de hacerlo los resultados le informaron que era positivos, algo que ya era evidente debido a que los dolores musculares, de cabeza, de oidos y la fatiga que no la dejaba hablar por más de un minuto.
Como el malestar y los dolores eran constantes decidieron realizarle otros estudios y a la hora le llamaron a su casa para comunicarle que en una hora la ambulancia la trasladaría al hospital de campaña y no tendría más contacto con nadie más que los profesionales de la salud a quienes solamente les vaeía los ojos ya que ni siquiera les hablaban.
Cuando llegó al noscomio de la capital correntina fue internada en una sala común, la cual tenía todas sus puertas abiertas por lo que el panorama dantesco era observable desde todos los puntos de vista .
Las mayoría de las personas que se encuentran internadas allí son jovenes, no hay muchos ancianos y la mayoría se contagiaron por ser contactos estrechos
Solamente se comunicaba con su familia por telefono pero la fatiga y lo dolores eran tan intensos que no podía hacerlo y de esta manera acrecentaba su soledad.
"La gente solo te mira porque, al igual que uno, ellos tampoco pueden respirar ni hablar"
Con respecto a la atención de los profesionales, estos ingresan a la sala y realizan sus tareas de rutina sin hablar con los pacientes por lo que uno nunca sabe si ese profesional ya ha estado allí dado que los trajes que utilizan solo permite que se vean sus ojos.
"El único contacto que tenés con los enfermeros y los doctores es a través de su mirada de tristeza"
Los sonidos particulares, como el de una puerta cerrandose, elementos metálicos cayendo al piso o ruedas de camillas rodando hacen que uno no olvide en el lugar donde está pero por otra parte es una forma de saber que sigue con vida
"CUANDO SE ESCUCHA EL RUIDO DE UNA CAMILLA PUEDE SIGNIFICAR DOS COSAS, QUE VIENE LA COMIDA O QUE VAN A LLEVAR A ALGUIEN A LA MORGUE"
Durante toda "Semana Santa" estuvo internada en ese lugar y hace unos días volvió a su casa con el alta médica, está controlada pero se sigue agitando al hablar, los dolores de cabeza son constantes y debe hablar por teléfono con altavoz ya que el sonido lastima sus oidos.
A continuación compartimos su posteo en redes sociales:
Volví a casa luego de negativizar, por fin, el covid.
Atrás quedó una Semana Santa que comenzó el jueves a las 00.15h cuando ingresé y se terminó ayer a las 19h cuando subí a una ambulancia que me trajo a casa. Aún queda sanar de la neumonía pero el covid, por ahora, quedó atrás.
De todos modos, hay imágenes visuales, auditivas y táctiles que no olvidaré:
* Los enfermos de los diferentes sectores covid aumentando.
* Las bolsas negras con difuntos que no vieron a sus familias una vez ingresados al hospital.
* Los de traje caminando, llevando y trayendo, controlándonos cada 2h.
* El llanto de todos nosotros ante el futuro incierto.
* El pedido de "aire" de una voz masculina desesperada.
* La tos que duró varias horas hasta que hubo que trasladarlo a un sector más delicado.
* Las voces de los trajes consolando y llevando alivio y tranquilidad a los pacientes.
* La de traje que nos enseñaba a respirar.
* Las máscaras de oxígeno en cada sector y que llevaba casi cada paciente.
* La imposibilidad de muchos de moverse de la cama por la neumonía.
* El dolor en el cuerpo por los pinchazos, especialmente por la extracción de sangre de la arteria.
* El desorden de mi cuerpo durante el covid y su secuela: hipersensibidad auditiva producto de los intensos dolores de cabeza que se extendían hasta los oídos (aún no puedo escuchar audios ni usar auriculares).
* Llegar con presión arterial de 178/105 además de una glucemia de casi 200 sin ser diabética ni hipertensa.
* La risas y la alegría cuando alguien era dado de alta y el llanto posterior porque el que se que queda, teme al futuro especialmente cuando los pulmones no acompañan...
* Las recomendaciones y pedidos desesperados:cuidate mucho, el virus está mutando y es peor cada vez. Sanate, por favor.
Una vez, con cierta derrota, me dijo uno de los de traje: nos dicen el hospital de la muerte, mientras me pinchaba las arterias de las muñecas buscando una muestra de sangre y yo casi llorando de dolor...
Y por el hecho de estar allí lo comprendí: aman la vida.
Es el hospital de la vida porque es allí donde, a pesar de todo lo oscuro que es el covid, se busca dar alivio, aliento, salvar la vida.
Gracias, hospital de Campaña por tanto cuidado, atención y contención. Contaré a todos lo que te duelen los muertos y nuestra negación de la realidad y/o falta de consciencia y lo mucho que te importan nuestras vidas.
Y a ustedes, gracias por cada mensaje, cada muestra de cariño e interés. Quedarán grabados para siempre en mí.
¡Felices Pascuas!