COLONIA LIEBIG: ALUMNOS DROGARON A SU PROFESORA DE EDUCACIÓN FÍSICA

La docente se descompensó y tuvo que ser trasladada a un centro médico. Al respecto, su padre Hugo Correa denunció que no recibieron apoyo del colegio para dar aviso a la ART.

 

El hecho ocurrió el jueves pasado en el colegio secundario Antonio Biale de Colonia Liebig, pero trascendió durante el fin de semana. Una alumna de segundo año le agregó tres pastillas de ansiolíticos molidas al termo de agua de Andrea Correa, de 37 años, quien se desempeña como profesora de Educación Física.

 

La mujer comenzó a sentirse mal y llamó a su padre para que la retirara del establecimiento. Según Correa, todo se descubrió porque una estudiante del colegio escuchó a compañeros de otro curso hablar sobre el hecho y tras esta confesión pudieron corroborar lo sucedido: “La idea fue de otro alumno y el objetivo era ponerle veneno para ratas”, sostuvo. En esa misma línea, mencionó que la docente es hipertensa y diabética; por esa razón ese día tomó sus medicaciones diarias que al ser mezcladas con los ansiolíticos tuvieron una reacción negativa en su cuerpo.

 

Andrea Correa se encuentra estable con señales de mejoría, pero con secuelas psicológicas por lo transcurrido en esas trágicas horas. En ese momento, cuando el padre acude al lugar aseguró que en el trayecto del camino fueron a la comisaria a realizar la exposición correspondiente, sin embargo su hija no se encontraba bien por lo que la trasladaron al hospital de Virasoro, Corrientes, luego de que se desmayara producto del consumo de ansiolíticos: “Estuvo inconsciente desde las 12 del mediodía hasta las 7 de la tarde”, aseguró.

 

Para finalizar, Correa comentó que le colocaron ansiolíticos en el termo de agua porque era “muy exigente”, aunque admitieron que la intención original era darle veneno para ratas. Ante este trágico hecho, admitió que su hija nunca tuvo problemas anteriormente y que este caso tiene que ser tenido en cuenta para que no vuelva a suceder: “Por suerte solo le pusieron esas pastillas y no el veneno. Esos chicos necesitan asistencia psicológica urgente”, concluyó el padre de la docente.

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