Días atrás Felicitas Barboza, trabajadora de prensa, denunció públicamente la violencia que sufrió por parte de su expareja, Alejandro Oscar Coria. Barboza relató el calvario vivido, que incluyó hostigamiento, amenazas constantes, y un violento ataque en su hogar cuando Coria intentó revisarle el celular y la estranguló.
La denuncia permitió descubrir que Coria tenía antecedentes de violencia contra otras mujeres. Una de ellas, dueña de un auto que él utilizaba, relató haber sufrido agresiones y detalló que él planeaba huir a Córdoba con el vehículo. La policía lo detuvo por el robo del auto, no por las denuncias de violencia de género.
Barboza también se enteró de denuncias previas por violencia realizadas por otras exparejas de Coria, sumando tres casos conocidos. A pesar de su captura por otro delito, el agresor sigue siendo una amenaza para las víctimas, quienes temen represalias.